Abrir la puerta a alguien es dejarlo entrar en ti, en tu cuerpo en el que habita tu alma, tus recuerdos, tu experiencia vital.
Abrir la puerta a alguien es dejarlo entrar en lo profundo de tu ser, ( de tu coño), y de tu cabeza, de tu sentir pensante.
Abrir la puerta a alguien es dejarlo entrar en lo profundo de tu ser, ( de tu coño), y de tu cabeza, de tu sentir pensante.
Abrir la puerta a alguien es abrirle tu corazón, tu intimidad. Es dejar que tus miedos afloren de tu caja de mierdas enterradas sin tapa, para que las vayas diseccionando una a una, las reconozcas, comprendas y abraces.
Abrir la puerta a alguien es desnudarse ante el otro y decirle esta soy yo, esto es lo que soy y esto es lo que tengo para darte.
Abrir la puerta al otro supone correr el riesgo de que el otro no quiera entrar, no pueda traspasar el umbral, no abra su puerta a ti.
Nos pasamos la vida entrando y saliendo de las personas dando portazos, dándonos coscorrones frente a puertas atascadas, la mayoría de las veces volviendo a nuestras vidas con mas mierda de con la que salimos, pero no abrir la puerta a nadie...
Nos pasamos la vida entrando y saliendo de las personas dando portazos, dándonos coscorrones frente a puertas atascadas, la mayoría de las veces volviendo a nuestras vidas con mas mierda de con la que salimos, pero no abrir la puerta a nadie...
... No abrir la puerta a alguien es aislarse, encerrarse, construir un mundo propio a defender a capa y espada.
No abrir la puerta a alguien es tener el camino despejado para estar sola con una misma, a gusto o no, pero a salvo del sufrimiento que genera en ti el entrar y salir de la gente.
No abrir la puerta a alguien es ir poniéndose capas de ropa que calientan el exterior mientras el interior se va poniendo cada vez mas frió.
No abrir la puerta a alguien es confort, pero también un poco de soledad, algo de tristeza y una pizca de melancolia.
No abrir la puerta a alguien es decirse a una misma "estas mejor sola" pero el día que la entre abres y comienzas a sentir lo que casi ya habías olvidado, un silencioso vació se te expande en el pecho a volver a cerrarla.Es un silencio agridulce porque tienes la satisfacción de saber que de vez en cuando es bonito recibir visitas.