jueves, 22 de octubre de 2015

Ángel

Apareces.
Sales de la nada y 
me coges en brazos,
al vuelo,
evitando la caída,
extraña levedad de mi ser,
enferma desidia.

Soy. 
Una niña herida, 
sin fuerzas me sujetas,
apretándome a tu pecho,
devolviéndome a la vida.

Lloro.
Desbordando, 
se me va el aire,
te miro, me miras, 
a los ojos, sin cortinas.

Repto.
Me deslizo hacia atrás
buscando tu cuerpo,
y nuestras piernas encajan
como piezas del tetris,
es una especie de amarre,
de hechizo de piernas
que hacen barrera.

Pienso.
Que no sé 
de qué cielo caíste,
pero estás aquí,

y es lo único que me importa