jueves, 14 de mayo de 2015

Imágenes

Ahí estas, tan blanco, tan quieto, con tu ropa de siempre metido en una caja, con tu gorrica en las manos, esa gorra que siempre llevabas puesta sin la que no te reconozco. Tu gesto serio, tranquilo. No olvido tus ojos en los míos. Tus manos, con tu uñas perfectas, esas manos que he visto tantas veces moverse tocando la mesa con la punta de los dedos explicándome de qué va el mundo. No olvido tus manos en las mías. No quería verte así, inerte, porque inerte es sin vida y en tus manos ya no se distinguían tus venas, tus ojos pegados, tan blanco, tan quieto. No quería verte pero te vi y ahora te has instalado en un ciclo de imágenes que se me suceden de vez en cuando a lo largo del día. No olvido la última vez que te vi.

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