viernes, 4 de septiembre de 2015

Reflexiones

Nos pasamos la vida huyendo de la rutina, escapando de la rutina, intentando matar la rutina, como si la rutina fuera la peste, algo que nos apaga poco a poco, que nos desmerece. Y en realidad la rutina es lo único que nos salva de la degradación, de ser humanos sin límites. La rutina nos marca como a los perros y nos diferencia de estar perdidos a creer que alcanzamos un horizonte, así de simple. Alguien que tenga una rutina de lunes a viernes puede desafiarla un fin de semana, alguien que no tenga rutina  alguna siempre estará perdido. Y nos empeñamos en creer que la rutina es lo peor que nos puede pasar y es al contrario, la rutina nos salva de la decadencia...

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