Verte entre la gente hoy,
que saqué mis cajas
y tiré a la basura las sobras,
hoy que has aparecido humilde,
abarcándome con tus brazos
de hermano, mi hermano,
el que me hizo andar
siendo un bebé,
cuando apenas tenía fuerza para sostenerme,
amor puro,
bondad,
como he podido tenerte tan lejos
diez putos años
eternos,
fulminados
en un abrazo
infinito.
Sé de dos,
que desde el cielo,
nos miran felices.
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